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CONTACTO VISUAL: Archivos

Agosto 14 de 2018:

Hice una búsqueda realmente exhaustiva. La semana pasada fue la primera fase de mi investigación, que hasta el jueves no dio resultado alguno. Saliendo de clases, agotada por nuevos trabajos y bajo la triste agonía de no tener avances con el tipo misterioso, sucedió un milagro.


Por fin lo vi, mejor dicho, nos vimos. “¡maldita suertuda!” gritó mi yo interior. Él iba muy elegante, de pantalón negro ajustado y camiseta deportiva azul cobalto. Primero iba aparentemente distraído, a paso lento; pero justo cuando nuestras miradas se encontraron él empezó a caminar muy rápido, como si huyera de algo o de alguien. Da igual, no tenía el tiempo necesario para pensar en teorías conspirativas, solo deseaba apreciarlo por un rato más: es simplemente fascinante.


Dado a lo mucho que deseaba esa oportunidad no me podía dar el lujo de desperdiciarla, así que lo seguí sin pensarlo dos veces. Antes de emprender el rastreo conectamos miradas por escasos 3 segundos, sus ojos brillaban como el sol de Cali al mediodía. Me derretí por admirar tanta belleza junta. Ni qué decir de sus brazos, piernas y su espalda…¡Dios! es todo un Adonis. Lo deseo ya.


Confieso que llevar el ritmo de esas piernas tan largas me costó un poco, pero por amor se hace hasta lo imposible. Casi que parecía una persecución policiaca como las de Agatha Christie. ¡Parecía que huía de mí!, la idea me entristeció por unos segundos. Luego, por fin sus piernas danzantes le ganaron limpiamente a las mías. Los interminables sótanos de la universidad parecían, como en la mitología griega, el Laberinto de Creta. Cuando pensé que ganaría, terminé perdiendo en una encrucijada. Lo perdí de vista en un solo instante. Lo bueno es que, por lo menos queda comprobado que ambos estudiamos en la misma universidad, lo que me brinda más oportunidades para acercarme.  


Una de las razones por las que me incliné a estudiar Comunicación Social y Periodismo se debe a mis facultades investigativas. Sonará muy egocéntrico, pero cuando la curiosidad se apodera de mí es muy difícil sacar de mi mente todo tipo de ideas locas, pero sin falla alguna, todas esas locuras “insensatas” me han llevado a descubrir verdades ocultas.


Y gracias a descubrir esas verdades, fue que terminó la felicidad. Por más dura que sea la realidad hay que aceptarla: él huyó de mí. Pero ¿por qué lo haría?, no tiene sentido. Mi persecución fue sin duda muy cuidadosa, incluso, creo que ni sabe de mi existencia ¿o sí?...

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